🦅 El cuervo (bakasana) – La estrategia que busca equilibrio

Hay una mente ágil y analítica detrás de todo. A menudo quieres tenerlo todo controlado y bien organizado, buscando la manera más eficiente de hacer las cosas.

Esta forma de funcionar es una gran fortaleza… pero también puede hacer que no escuches al cuerpo y pienses que hacer una pausa es “perder el tiempo”.

Punto fuerte
Claridad mental, capacidad de concentración y habilidad para tomar decisiones con perspectiva.

Reto habitual
Permitirte parar sin sentir culpa. Darse espacio para respirar, para descansar… también es parte del camino.

Postura que te acompaña: Bakasana

Postura de equilibrio sobre las manos que requiere concentración y fuerza mental.

Beneficios

  • Mejora la fuerza de brazos y la resistencia corporal.
  • Ayuda a enfocar la mente y desarrollar la paciencia.
  • Enseña a confiar en el proceso y perder el miedo a “caer”.
Bakasana

Cómo probarla (paso a paso seguro)

  1. Ponte de pie y separa los pies al ancho de las caderas. Poco a poco, flexiona las rodillas y baja como si quisieras sentarte en una silla baja, hasta llegar a una posición en cuclillas (como una rana, con los talones tocando el suelo si puedes).
  2. Coloca las manos en el suelo delante de ti. Ábrelas bien, con los dedos separados y las palmas justo debajo de los hombros, creando una base firme.
  3. Lleva las rodillas hacia los brazos. Acércalas a la parte externa de los brazos (hacia los tríceps) o apóyalas encima, como si quisieras “abrazar” los brazos con las piernas.
  4. Inclínate hacia delante lentamente. Empieza a desplazar el peso del cuerpo hacia las manos. Mira un punto fijo en el suelo un poco más adelante (no entre las manos) para ayudarte a mantener el equilibrio.
  5. Cuando te sientas estable, prueba a levantar un pie. Puede que consigas levantar los dos pies o solo uno. Está bien como sea. Quédate unos segundos, respirando con suavidad.
  6. Para salir de la postura, vuelve atrás con control y siéntate o túmbate. Respira profundamente. El simple hecho de haberlo intentado ya es un gran paso.

Consejo: Puedes practicar esta postura con un cojín delante para sentirte más seguro/a. Y si hoy no sale, no pasa nada: el simple hecho de intentarlo con consciencia ya es una práctica en sí misma.

No tiene que salir a la primera. Ni a la segunda. El objetivo no es dominar la postura, sino escuchar el cuerpo y ver qué necesita. Practicar Bakasana es aprender a confiar y a sostenerte… incluso cuando las cosas tiemblan un poco.

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